La metodología innovadora de las empresas de éxito: el usuario como prioridad
Vivimos en un mundo cambiante, en el que cada día hay que buscar nuevas soluciones e innovar para seguir estando en la cima y destacar de tu competencia. Tus clientes son exigentes y tu empresa debe satisfacerles y estar a la altura de sus expectativas. Con el fin de buscar soluciones innovadoras capaces de alcanzar estos objetivos, es necesario buscar y poner en práctica métodos eficaces. Uno de estos métodos es el Design Thinking. Esta metodología es la más utilizada en el mundo del diseño del producto, de ahí su nombre, que se puede traducir como “pensamiento de diseño” y que no es otra cosa que la forma en la que piensa un diseñador para crear sus propuestas.
Aunque en un principio este método era utilizado exclusivamente por diseñadores, hoy día se ha introducido en muchos más campos. Sus excelentes resultados hacen que sea un método ideal para el diseño y desarrollo de todo tipo de productos, servicios, ideas de negocio, ¡incluso para la mejora de procesos!
El Design Thinking es una metodología centrada en el usuario. Y orientada a la acción. Cuyo objetivo es generar soluciones de acuerdo a problemas detectados en un determinado marco de trabajo.
Un proceso de Design Thinking está dirigido a la generación de una solución dentro de un marco concreto. Dada su versatilidad y capacidad para llevar rápidamente a la acción ideas, puede ser utilizado por cualquier grupo de personas que quieran afrontar un reto.
Un proceso de Design Thinking se divide en un total de 5 fases. Terminado el recorrido, la solución encontrada y validada con el usuario puede enriquecerse en una nueva iteración.
EMPATIZAR
Se trata de utilizar todas las metodologías que tengamos al alcance de la mano para intentar empatizar con el consumidor y entender de la manera más clara posible cuáles son sus preferencias y sus necesidades. Puedes realizar estudios de mercado, encuestas o entrevistas.
DEFINIR EL PROBLEMA
Tras recopilar los datos en el proceso anterior, ahora se trata de saber identificar los puntos importantes sobre los que debemos trabajar. Se trata de focalizar los objetivos y comenzar a buscar las estrategias que nos llevarán a conseguirlo.
IDEAR UNA SOLUCIÓN
Se podría decir que este paso se realiza a modo brain storming, es decir, una lluvia de ideas y estrategias para buscar solución a los problemas o conseguir alcanzar los objetivos que nos hemos propuesto, utilizando la empatía y la imaginación. Se pueden utilizar recursos visuales como mapas, storyboards, etc.
CREAR PROTOTIPOS
Se trata de poner en materia todos los pasos anteriores, es decir, algo que se asemeje al resultado final que esperamos. Debemos conseguir algo con lo que el usuario pueda experimentar. Lo habitual es que los prototipos se vayan refinando introduciendo mejoras a lo largo del proceso.
PROBAR Y EVALUAR
Tenemos que probar la eficacia del resultado final de nuestro proyecto en clientes de verdad, es decir, si realmente sirve para resolver problemas en el consumidor y recibir un feedback que nos permita adaptar mejor nuestro proyecto y mejorarlo en función de las necesidades del cliente.
En resumen, el design thinking es una metodología de gran utilidad para cualquier organización que quiera implantar la innovación en sus productos y servicios, basándose en el usuario como piedra angular del proceso.
Implementar un proceso de design thinking para mejorar un negocio será un acierto desde el momento en el que pongamos esta potente herramienta a funcionar.